Estoy en el refugio de mis actos, de mis obras de teatro, de mis confecciones
Estoy en el congelador de mis sueños, en la expresión de mi arte
Estoy en el espejo de nuestro orden, en el mar de letras vestidas, sin cuerpo, ni palpitaciones
Estoy en la desesperación de mi camino, de mis ideas, de mis pensamientos, de mi pasado y tu presente
Estoy en el escondite de mis mentiras, falsedades y convicciones
Estoy donde me vez tanteando todo a mi alrededor, en una suma de reacciones fallidas
Estoy en el grito que golpea mi cara, en el espacio finito de mi perdida de conciencia
Estoy en el punto de fermentación, azotando la almohada de cemento
Estoy en el contexto donde en ocasiones soy irreconciliable, irreconocible para ti, no para ella
Estoy en la guarida, donde no deseas abrazarme
Estoy en la oscuridad de cada noche que paso a tu lado
Estoy en la división de tus sueños con los míos
Estoy en el cuarto que ambas elegimos
Estoy en la intimidad aún compartida, en aquel lugar perturbado por la visión que un día tuve,
visión cargada de soledad, loca por ceder espacio, deseando que te vayas
y no porque no te ame, sino porque no te aseguro mi efímera seguridad de vida.
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